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Foto del escritorInstituto Educativo Olinca

El mundo está cambiando


Todas las personas nos beneficiamos de calles más seguras y ordenadas, ciudades más saludables y sostenibles y de un planeta más solidario, aunque para algunas esto todavía sea muy difícil de imaginar y para otras parezca una utopía inalcanzable.


Nuestras ciudades han evolucionado a lo largo de siglos para servir a las personas y tenemos la certeza de que es posible adaptar, transformar, mejorar y construir mejores ciudades para los desafíos de nuestro siglo. Las calles que ya están cambiando pueden ser el punto de encuentro y de convivencia desde el que podamos identificar y construir otras coincidencias hacia un mundo más estable, amable y justo.


Este documento es un esfuerzo para explicar los cambios urbanos que están ocurriendo aceleradamente para lograr una mayor colaboración y una mejor convivencia que nos permita transformar las calles y ciudades para incluir a todas las personas, mejorar la seguridad vial, fomentar formas de movilidad saludable que nos benefician a todas y reducir la emisión de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático.


A la sorpresa por los veloces cambios que están ocurriendo alrededor del mundo para abrir espacio a las personas, con calles libres de coches, espacios dedicados a caminar o andar en bicicleta, carriles exclusivos para el transporte público para atender la urgencia creada por la pandemia de coronavirus, se suma la aparición de movilizaciones en contra de dichas obras.


Algunas de las expresiones que en México hemos visto en contra de medidas claramente urgentes, necesarias y positivas para mejorar la salud de las ciudades, de las personas y de la economía, son personas tiradas en el suelo para impedir el trazo de una ciclovía, gente que atraviesa su auto para evitar la construcción de una estación de transporte público, comerciantes que se oponen a medidas que atraerán más clientes a sus establecimientos, personas que estacionan su vehículo en el espacio para la ciclovía para demostrar “el caos vial que las bicicletas van a causar”, entre otras.


El cambio de las calles, del espacio público y las novedosas formas de usarlo responden a la urgencia que en todo el orbe ha significado la pandemia de SARS-COV2 pero también para hacer más resilientes a las ciudades y sus habitantes ante posibles nuevas pandemias, desequilibrio ecológico o social producido por el cambio climático. Hacer las calles más seguras, saludables, sustentables y solidarias es una inversión necesaria y urgente para trabajar por el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.


Todas y todos necesitamos de una calle segura, efectiva y amable, independientemente de nuestro modo de movilidad y de nuestra ideología.


Todas las personas nos beneficiamos de calles más seguras y ordenadas, ciudades más saludables y sostenibles y de un planeta más solidario, aunque para algunas esto todavía sea muy difícil de imaginar y para otras parezca una utopía inalcanzable.


Nuestras ciudades han evolucionado a lo largo de siglos para servir a las personas y tenemos la certeza de que es posible adaptar, transformar, mejorar y construir mejores ciudades para los desafíos de nuestro siglo. Las calles que ya están cambiando pueden ser el punto de encuentro y de convivencia desde el que podamos identificar y construir otras coincidencias hacia un mundo más estable, amable y justo.


Por: Greenpeace Mexico - febrero 16, 2021





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